Hace un tiempo descubrí entre entrevistas y conversaciones a la fresca el concepto de hijos e hijas del pueblo: aquellas personas que sin habitarlo durante la mayoría del año, tienen fuertes raíces, casi siempre familiares, hincadas en él. Sus dinámicas se entremezclan con las de quienes habitan estas calles todo el año. Encajan a la perfección en este rico ecosistema porque su memoria y arraigo sigue estrechamente vinculado al territorio.
Mil gracias por tu Vereda, Ester. Ya lo creo que sirve de compañía y de refugio. Un fuerte abrazo.
Gracias