“Llego al pueblo y el pueblo es una postal preciosa. […] La carnicería es auténtica. Aquí se ha parado el tiempo. Con los mostradores de mármol viejo, rosado de tanta sangre. Y las baldosas de color ocre. Y visillos blancos de ganchillo por todas partes. Y todo etiquetado a mano. Y un fluorescente que parpadea de vez en cuando. […] Pero la carnicería está cerrada. Miro la hora. Son las once. Son increíbles los pueblos, con esa tranquilidad, esa parsimonia con la que se toman el trabajo, la vida. Me encanta. Ojalá todo fuera así.”
No me cansaré de decir lo mismo: "Una maravilla... como siempre!".
Gracias por estar de vuelta. Disfruto muchísimo tus cartas.
Qué gusto leerte! Gracias
Qué maravilla, desayunar leyéndote. Un gustazo, gracias por compartir <3
Qué bueno tenerte de regreso!