Vereda #37. El año del airón
Es miércoles. Hay una cena planeada en el merendero de un amigo, así que pasamos las últimas horas del día entre brasas y chatos de vino. Buena manera de aderezar una fría y oscura semana de invierno.
Sentada con un paisano que ha pasado toda su vida en el pueblo, escucho cómo rememora curiosidades del lugar. De mucho antes de que llegáramos. De mucho antes de haber yo nacido. Me cuenta que alguien de su familia construyó la casa en la que vivimos. Y también la de más allá. Me imagino mi calle en aquellos tiempos, con los esqueletos de las casas aún a la vista y el suelo de tierra. Me pregunto cómo será habitar un lugar que ha sido construido por tus ancestros. No en el sentido grandilocuente, sino literal. Imaginarte que cada piedra, valla o teja guarda impresa la huella de los dedos de un ser querido, —o no tan querido.
Es entonces cuando lo menciona:
Fue cuando aquella casa aún estaba en obras. El año del airón. Nunca he visto yo tanto viento. La construcción de mi abuelo se salvó porque aún no tenía ni paredes ni tejado. Sino, se la hubiera llevado.
Él debía de ser un niño en aquel entonces, pero tiene clara la fecha. Mediados de febrero del 1941. Me parece imposible que pueda recordar con tanta exactitud algo que ocurrió hace tanto tiempo, si a mí me cuesta recordar lo que hice hace un mes. Él insiste, así que lo apunto en el móvil porque es fácil que yo sí la olvide.
Al día siguiente amanezco pensando en ese “año del airón”. ¿Fue de verdad para tanto? ¿Cuánto de cierto habrá en esa memoria? Ya sabemos que las historias siempre traen su dosis de ficción para fijarse en las mentes. Sabia estrategia. Comienzo a buscar en el ordenador. Introduzco la fecha. Confirmado que la palabra airón no existe, ni es el nombre oficial del temporal. Pocos minutos después, lo encuentro.
“Sobre Salamanca se desencadenó el sábado un furioso huracán”, “El incendio de 1941 en Santander y los vientos pirómanos”, “Recuerdos de una huracanada noche de 1941 en Santo Domingo”, “El histórico temporal de febrero de 1941”.
Registros de hemeroteca, algún artículo de blog y análisis meteorológicos validan la historia que me contaba aquel paisano el día anterior. El 15 de febrero de 1941, tuvo lugar el temporal de viento más violento registrado en todo el s. XX en la península ibérica. Un temporal que, además, alimentó uno de los peores incendios que ha sufrido la ciudad de Santander. Esta vez la intensidad del recuerdo, se equipara con la de los datos.
Una vez terminada lo que siento ha sido una pequeña hazaña de investigación, me pregunto cuántas historias habrá que, estando fijadas en el recuerdo de muchas, no han trascendido por ser únicamente orales. Pantallas e imprentas se llenan hoy en día de información irrelevante, mientras perdemos historia de vida de territorios enteros. Y sin encontrar respuesta, me propongo seguir recopilando todos los relatos que pueda y alimentar esa memoria que, aun sin saberlo, nos ha hecho quienes somos.
📰 Para seguir indagando
Si os ha entrado curiosidad por saber más de este huracán histórico, os dejo aquí las referencias a las que llegué. Quizás encontréis a alguien que todavía recuerde esos días.
El histórico temporal de febrero de 1941.
El incendio de 1941 en Santander y los vientos pirómanos.
El temporal de 1626 y el 'huracán' de 1941.
🫶 Para darnos ganas
Está fatal recomendar un libro que aún no has leído, así que, en su lugar, solo os voy a hablar de las ganísimas que tengo de “Geografías de la ingravidez” de Marc Badal. No me extrañaría que alguna futura Vereda esté inspirada por alguno de sus textos. Os lo dejo como lo que es: una declaración de intenciones.
Hasta aquí esta Vereda. Nos vemos en la próxima 👋