Es pronto para hablar de primavera, lo sé. Pero paseando he visto unos brotes de almendro floreciendo. Se deja notar esa hora extra de luz cada día y no paran de hablar de dejar la huerta preparada cuanto antes para empezar la siembra. Los cajones de miel están limpios y listos para ser de nuevo hogar para las abejas.
Aunque la fecha oficial para el inicio de la primavera esté lejos, Febrero marca para muchas culturas el final del invierno y el comienzo tímido pero imparable de la primavera. Un entre-tiempos vinculado a las leyendas y mitos de diosas y tierra. Una memoria ancestral y desconocida por la gran mayoría en la que es fácil que quede la forma; colores, texturas, quizás la música, y se pierda el significado. Esa historia originaria que cuenta los porqués de las cosas con su metáfora y su moraleja. Que crea un imaginario del mundo mucho más conectado a la naturaleza y sus misterios. Que te enseña desde pequeña a desenvolverte mejor en el territorio que te rodea y que lo hace por pura supervivencia. ¿O qué mejor manera hay para prevenir que te adentres en el bosque de noche que contarte historias de criaturas aterradoras que viven en él?
Es fácil perder una tradición, un baile, un desfile, un rito cuando el significado ya no existe. Y es sencillo pervertirlo, deformarlo y dejarlo al servicio de lo efímero y lo pasajero. De la burla y el sinsentido. Pero si tienes suerte, vivirás en un territorio que ha atesorado algunas de esas costumbres ancestrales; conocerás el Entroido en Galicia, el Antroxu en Asturias o el Antruejo en León, -gracias a Oficios Vivos por descubrirme sus nombres -, con sus disfraces de pieles, lanas, cintas de colores. Cascabeles, cencerros, campanas. Quizás sepas por qué en algunas zonas del norte se coloca “la flor del sol” o Eguzkilore para proteger las casas. O te habrán contado historias de las Lavandeiras, los basiliscos, los gamusinos o las meigas.
Puede, sin embargo, que nada de esto te suene. No es de extrañar. Sin mimo ni atenciones ni conversaciones a la luz de la lumbre, la memoria colectiva se pierde. Nos queda aferrarnos a los hilos que aún permanecen. Nos queda indagar los significados de las fiestas a las que no prestamos atención o de los cuentos que nos contaron un día nuestras abuelas. Nos queda pararnos un momento, mirar sin prisa a nuestro alrededor y preguntarnos por qué.
Puedes escuchar aquí la versión narra de esta sección.
👺 De disfraces y mitos
Muy relacionado con el tema de hoy, el proyecto fotográfico “Microcosmos” de Roberto de la Torre es hipnótico, místico y con aires ancestrales que hacen que no quieras dejar de mirarlo y preguntarte qué historias se esconden tras las telas.
🍂 De lo rural como categoría
El informe del Observatorio de la Cultura se viene haciendo desde 2009. En él se seleccionan iniciativas culturales de toda España y se muestran indicadores relativos a la actividad cultural de cada comunidad autónoma. Si no lo conoces, es una buena manera de mantenerte al tanto del mundo de la cultura que te rodea.
Pues bien, acaba de salir el informe del 2021 y además de darme una alegría por incluir proyectos conocidos y a los que tengo especial cariño, viene con una novedad: la categoría “Lo mejor del entorno rural”. Así que llevo días pensando si me apela o no que lo rural tenga su propia categoría. Sin duda es una manera de visibilizar una mayor cantidad de iniciativas y sin embargo, me pregunto si es realmente necesario separar y si esto significa no volver a aparecer en las listas generales y quedar relegadas al margen y a la eterna dualidad campo-ciudad. Ójala tenerte delante ahora mismo para saber qué piensas.
Hasta aquí esta vereda. Nos vemos en la próxima 👋
vereda #8. El significado tras la forma
al leer tu carta me ha venido a la cabeza el trabajo del fotógrafo Tono Arias sobre las tradiciones del entroido. te dejo el enlace a su web por si no lo conoces: http://www.tonoarias.com/
muchas gracias por tus cartas.