Vereda #17. Cómo contaros esto.
Hace un par de semanas estuve en el Foro de Cultura y Ruralidades. Salvo algún breve encuentro presencial cercano a donde vivo, hacía años que no me animaba a participar del carne y hueso de los eventos y las maratones de ponencias. Mientras escuchaba algunas de las charlas me di cuenta de una cosa. Aún no he decidido si es buena o mala.
Nos subimos a escenarios y hablamos de proyectos que nos enamoran, contamos anécdotas que vivimos en los medios rurales con la mayor de las pasiones, transmitimos lo que nos cuentan quienes vivieron otras formas de habitar porque creemos que hay algo que aprender de ello. Pintamos, hacemos poesía, escribimos libros, grabamos cortos. Y aún con todo, no tengo yo la seguridad de que se trasladen los sentires con la intensidad con que se espera y que se entienda la historia en su totalidad. Si no has estado ahí, si no has desarrollado la suficiente sensibilidad hacia lo rural, si no has hundido las manos en la tierra para quitar las hierbas de la huerta o te has sentado a escuchar sin prisa a alguien que ha vivido tres veces tus años. Mientras pienso todo esto, me convenzo de que no hay metodología de diseño, estrategia ni servicio capaz de hacer sentir los sentires que llevarán después a la acción. Esa acción que tanto se anhela y sin la cual se queda todo en un puñado de palabras y energía disipada o como siempre se ha dicho en mi casa, en agua de borrajas.
Después, me animo a mi misma diciéndome que mejor que sentirse abrumada ante lo complejo del asunto, será empezar por algún sitio. Al fin y al cabo, sabemos que hay quien se enamora rápido de las historias y quien aunque necesite más, lo hará en algún momento. Acepto incluso que habrá quien no se emocionará nunca por ninguna de estas ideas que vagan entre Veredas.
Pero hace falta tiempo.
Ahora, que todo se ha de contar en pocas palabras, digerido y listo para su consumo. Yo me sumo a quienes piden calma para pensar antes de hablar y espacio de barbecho antes de lanzarse a hacer. Y así poder mimar y cuidar las ideas que me llegan y decidir en conjunto qué se podría hacer con ellas; espacio para mostrar a quien quiera escuchar que esto va en serio. Que esto no es un puñado de nostálgicas sin remedio sino un enjambre de hacedoras.
Y aunque a veces me frustro ante carcasas bellas pero vacías llenando escenarios y feeds, más me valdría centrarme en esos proyectos bien enraizados a la tierra y llenos de vida que pasan desapercibidos. No porque necesiten la atención de las masas para existir, que ya sabemos que lo pequeño tiene valor por sí mismo, sino porque es lícito querer y poder contar mejor las historias, saber unir mejor los puntos y acercar más los lenguajes. Entonces, me alegro de dedicarme al diseño y de hacerlo desde un pueblo.
Me voy, que empieza la siguiente charla.
Puedes escuchar aquí la versión narrada.
🐤 Y esto…¿hacía falta?
Este tweet me hizo pensar en lo común que es encontrar a personas que entran como elefante en cacharrería en los pueblos, metiendo con calzador su visión de los espacios y de lo que necesitan sin preguntar o tener en cuenta antes a quienes los habitan. Incluso si es con la mejor de las intenciones, siempre siempre siempre, preguntar antes.
🧵Un “Manto” de arte
Raquel Bartolomé conecta el arte con la vida en el campo a través de sus obras. Recuperación de prácticas tradicionales, experimentación, rehabilitación de telares. Lo tiene todo para quedarte un buen rato sabiendo más de ella. Sus piezas textiles de la exposición “Manto” son una maravilla. Si tenéis un ratito extra, os invito a leer la descripción de su obra.
El arte del último siglo y medio, como corresponde a la sociedad de esa época, ha sido eminentemente urbano. Nacido en las ciudades, hecho para sus habitantes, con temas, medios y referentes a su medida, inseparable de la sociedad industrial. Por eso merece subrayarse la originalidad del trabajo de Raquel Bartolomé, que no es una artista que trabaja en el medio rural, sino que pertenece a él, y cuya creación surge directamente de ese entorno cultural y visual. Su enfoque renovador de los medios y los fines de la creación artística, demuestra que es posible transformar muchos otros aspectos de nuestra sociedad. Ojalá se cumpla su profecía.
José María Parreño, Comisario de la exposición
Espero que no os estéis asando de calor y que esta Vereda haya traído un poquito de frescor. Nos vemos en la próxima 👋