Vereda #13. El limbo rural-urbano
Poco después de enviar la última carta de Vereda me topé con un artículo de Elisa Victoria en la revista Salvaje. En él hablaba de cómo a veces tomar distancia es lo que nos permite pensar y entender los lugares que hemos habitado.
Mirar desde fuera.
Habla también de limbos; “ni de ciudad ni de campo, ni de dentro ni de fuera, ni aquí, ni ahora”. Leerlo fue como mirarme a un espejo. Como si las bromas, chascarrillos y quejas compartidas en la intimidad de la casa, hubiesen viajado a otros espacios y vivieran también en otras cabezas.
“Cuando no vas al entorno rural de vacaciones ni te tomas tu estancia como un retiro espiritual; [...] cuando decides asistir a un evento y descubres que tus vecinos no son como tú te habías imaginado, [...] que quienes parecían insensibles se te confiesan animalistas y quienes parecían apañados resultan regentar la macrogranja.” decía el artículo.
Cuando terminé de leerlo, me vi menos atrapada en esa foto fija que es lo neorrural. ¿Quienes son esas personas? ¿A qué se dedican? ¿Cómo visten? ¿Cuánto ganan? Una foto tan atractiva como mentirosa. No es de extrañar. Hay auténtica afición por poner etiquetas y construir imaginarios con aquello que nos resulta más interesante, divertido o simplemente conveniente. ¿Qué son sino a estas alturas la vieja del visillo, el paleto de pueblo o el pastor bonachón sino una foto fija?
Me he cansado con el tiempo de prestar atención a estas imágenes que nos congelan y no nos dejan cambiar y en su lugar, me dedico a indagar en el limbo. Ese espacio de la eterna forastera, del arraigo aprendido, del mitad y mitad, del haber aprendido a programar una web a los 20 y a hacer un fuego en la treintena.
Me frustro a partes iguales con las historias insulsas de nómadas digitales salvando aldeas y con la dejadez de quienes nunca han querido saber qué hay más allá de su pueblo. Y aunque la curiosidad me puede y siempre leo, escucho y observo todo lo que me huele a nuevas ruralidades, comienzo a afinar el radar que discierne lo superficial y oportunista de lo profundo y auténtico. No siempre acierto, es verdad, hablar desde dentro, para mi también, es de las cosas más difíciles que una puede hacer.
Puedes escuchar aquí la versión narrada.
📖 Para descubrir iniciativas y conectar ideas
Llevo semanas queriendo compartiros algo y voy a aprovechar que hoy es el día del libro para hablaros de “Culturarios: Humus de iniciativas culturales” una publicación promovida por la Red del Cubo Verde que recopila iniciativas artísticas/culturales que refuerzan la identidad de los medios rurales en los que se desarrollan. La publicación está repartida en varios cuadernos, uno por cada territorio. La primera edición incluye sólo 200 ejemplares así que por ahora puede que te cueste encontrarla. Hasta entonces, aquí puedes descargarte la versión en digital.
🧦 Para simplificar
La Vereda de hoy va mucho de aprender de discernir aquello que es auténtico de lo que es superficial. A veces el radar falla pero hay otras que te acabas quitando capas y te sorprendes a ti misma embobada viendo un video de señoras cantando una Waulking Song; un tipo de canción folk escocesa muy rítmica que solía ser cantada en galo por mujeres durante el batanado de la lana. Ya hemos aprendido algo.
Hasta aquí esta vereda, espero que la hayas disfrutado. Nos vemos en la próxima 👋